Casi todos tenemos hoy en día una cuenta en una red social. No tenerla te convierte en una persona que no estáconectada al resto, como si no tuvieras un teléfono móvil o un correo electrónico. Hace unos años no era necesario, pero si lo tienes no puedes vivir descanectado.

En el fondo todo son pasos que damos para estar en contacto con la gente, cada vez mas cercano. Primero llegaron los teléfonos móviles. Las llamadas eran carísimas, pero siempre tenías los sms.  El negocio de las compañías de teléfono era claro: te daban un terminal barato pero lo  recuperaban gracias a tus llamadas. Poco a poco se fue imponiendo, en parte porque las llamadas a los teléfonos móviles desde un fijo (generalmente familiar) salían caras y porque la gente te decía: «llámame al móvil». Además te permitía tener la última información, estar al tanto de lso cambios. Uno de los primeros mensajes que todos hemos mandado decía «Llego media hora tarde». Ahora me resulta complicado encontrarme a alguien sin teléfono móvil.

Teléfono alcatel

Poco a poco todos nos fuimos conectando a internet. Algunos con un módem y pagando tarifas escandalosas, pero en general todo empezó con la banda ancha y las tarifas planas. Los primeros correos eran de trabajo o con los power points adjuntos. Todavía recuerdo esas cadenas de correos tipo «Van a matar a estos cachorros, llama y quédate uno», o el ya famoso «Hotmail se cierra». Inicialmente las cuentas de correo eran muy limitadas en lamacenamiento (2MB o menos) y había que tener cuidado con lo que te mandaban o te quedabas sin sitio. Empezamos a compartir información con la gente que conocíamos y poco a poco ha ido sustituyendo al móvil y a las conversaciones para organizar algo. Ahora todos nos mandamos correos con el asunto «Cena del sábado»y estamos al tanto de forma barata y efectiva. Aquí el negocio está claro: había publicidad en los correos, las cuentas eran limitadas y las cuentas corporativas había que pagarlas. Así que todos «picamos» y alguien pagaba la factura. Los chats tipo Messenger eran una manera de fidellizar con el correo: Si quieres hablar con tus amigos en mi red necesitas mi cuenta de correo para poder hacerlo. Y casi todos tenían una cuenta.

Pero ahora estamos en el  momento de las redes sociales. Digamos que todos aquellos que ya tienen el teléfono y una dirección de email empiezan a valorar lo de las redes sociales. En general, si eres menor de 40 años  lo normal es que tengas un Facebbok, un Twitter o Tuenti, según toque. En estas redes la comunicación es mucho mas directa, no hace falta tener conocimientos avanzados de programación para tener mi página web, como el los blogs o bitácoras. Además puedes postear cosas con tus amigos, subir fotos, retomar contacto con la gente que conoces, puedes mantenerte al día de lo que le ha pasado a la gente que conoces con un click… y todo gratis. Es el siguiente nivel de comunicación. Es la traslación del patio de vecinos, donde todo se sabe, al mundo real. Una de las cosas que casi todos los usuarios hacen de vez en cuando es «revisar» las cuentas de esa gente con la que ya no tienen contacto, por pura curiosidad (o cotilleo). Además se integran con todas las plataformas posibles para que siempre puedas estar conectado.

Pero en este nivel hay una pregunta clara: ¿de donde sale el dinero? Porque, evidentemente, alguien tiene que pagar todo esto. ¿Es de la publicidad?Sin duda ganan mucho con la publicidad, es evidente, pero ese no es su principal producto. Realmente Facebook (y similares) no es mas que un gestor de contenido. ¿Quien aporta el contenido? Los usuarios. Es decir, tú no eres su cliente, eres su proveedor.

Clientes Facebook

Pero, entonces, ¿quien es el cliente? No hace falta buscar mucho para saber quién es el cliente de Facebook, basta con saber quien puede usar el contenido. Os dejo un párrafo de sus condiciones de uso:

«Para el contenido protegido por derechos de propiedad intelectual, como fotografías y vídeos (en adelante, «contenido de PI”), nos concedes específicamente el siguiente permiso, de acuerdo con la configuración de privacidady aplicación: nos concedes una licencia no exclusiva, transferible, con posibilidad de ser sub-otorgada, sin royalties, aplicable globalmente, para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en Facebook o en conexión con Facebook (en adelante, «licencia de PI»). Esta licencia de PI finaliza cuando eliminas tu contenido de PI o tu cuenta (a menos que el contenido se ha compartido con terceros y éstos no lo han eliminado).»

 Este párrafo dice que les autorizas para usar tu información como ellos quieran y a dársela a quien quieran y gratis, sin que el hecho de que la elimines elimine la licencia ya que, al haberla compartido, si alquien la tiene, puede seguir usándola. El cliente, quien paga, es el que va a tener todos tus datos. Y además los tendrán mientras que a alguien les interese.

Evidentemente no seré yo el que diga que no os hagáis un perfil en las redes, pero yo voy a ser muy cuidadoso con mi información, voy a escoger cómo aparezco y que contactos con el mundo quiero mantener. Quien quiera protegerse un poco frente a la teoría del patio de vecinos, tiene esta guía en inglés y esta otra en español para tener una referencia. El problema es que si todo el mundo limita la información que muestra la red pierde atractivo, ¿no?

¿Debería tener cuenta en Facebook?

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