Soy cliente de un banco desde que con 9 años robaron en mi casa y se llevaron mis ahorros y los de mi hermana, que guardábamos en huchas en un armario. Se llevaron todo lo que tenía y me dejaron destrozado. Ojo, que no era poco, era dinero para la época y más en mis manos. Mi madre, sabia ella, me enseñó desde joven a ahorrar, a gastar unas pesetas menos de las que recibía.

Imaginaros la escena, se han llevado todo el dinero que habíamos ahorrado y me estaba dando un mal. Al final mi madre se apiadó de nosotros y nos dio de su bolsillo todo el dinero que habíamos perdido, pero decidió que ya era momento de que abriéramos una cuenta en el banco para ingresar todo. Imaginaros, un mico con cuenta en el banco. Luego me fui haciendo mayor y me tocó tarjeta para sacar el dinero del banco. Tenía 14 años, un fondo a plazo fijo y una tarjeta de débito, me sentía como unas castañuelas con todo eso, era cotitular junto a mi madre y mi padre.

Es interesante ver como ha cambiado la percepción de “la oficina del banco”. Hace 10 años una oficina bancaria era el sitio al que ibas a hacer tus trámites y donde te conocían. Casi todo el mundo seleccionaba el banco por cercanía al domicilio o a la vivienda. Vamos, que te pillara de camino. Y ya de paso, donde conocieras al director o a ese empleado tan majo que te “quitaba las comisiones”. Y todos éramos felices. Si, nos cobraban mucho, teníamos comisiones por todo y su oferta chula era tener una tarjeta de crédito de color oro con una gran capacidad de endeudarse. O las vajillas o el juego de toallas.

Hace unos años, en mi caso desde 2002, los bancos por internet hicieron su entrada en el mercado. Era “tu otro banco”, o el banco que sólo te valía para tener un depósito  y que te diera dinero. Nada de hipotecas ni créditos ni casi de tarjetas, o no demasiado. Yo me hice una cuenta en un banco de estos “virtuales” para tener entradas mas baratas a un evento. Al final acabó siendo mi cuenta de reserva. Estos no tenían comisiones ni nada, pero pocos iban a abandonar su oficina de siempre para dejar al “Paco de toda la vida” que tanto les había ayudado, o que te hacía favorcillos como quitarte comisiones o autorizar ese préstamo para el coche que el sistema negaba. Y tú correspondías dejando gran parte de tu dinero y la nómina allí, y fiándote de Paco.

Desde hace unos años, los bancos “tradicionales”, los que tienen mas oficinas, han jubilado a Paco. Era muy mayor (55 años) y ganaba demasiado, mejor un par de jóvenes JASP para que saquen el trabajo y que lleguen a criterios comerciales. Claro, los jóvenes tienen condiciones “ajustadas al mercado y los nuevos retos”, entre los que están conseguir 3 euros mejor que 2, el beneficio es lo primero, que Paco sacaba 2 porque era un blando. Y entonces esas comisiones que no te cobraban se empiezan a cobrar, porque “ya no tienen mano” para quitarlas. Y esos detalles que de vez en cuando te hacían falta, pues los vas perdiendo porque “el riesgo es alto”, pese a nunca haber fallado una letra o haberte quedado en números rojos. Eres un perfil de cliente, y como tal tienes un trato u otro, aunque no encajes a la perfección. Los grandes números “avalan esa gestión”, en la que ya no es un privilegio tener tu nómina, porque nóminas mejores las hay a patadas.

 

Hasta aquí mi experiencia, pero mi entorno me comenta una y otra vez el siguiente punto:

“Y un día vas a pedir una hipoteca a un banco o caja, muchas veces de una promoción financiada por el propio banco. Entonces la persona que te atiende te dice que necesitas un aval, porque es mucho dinero y no ganas tanto.  Entonces tú comentas que llevas años trabajando con ese banco, que siempre has estado bien, que nunca has tenido un problema y que todo te va genial. Y ellos te explican que si alguna vez has tenido un problema, te resta, pero que el haber estado al día no suma. Y te sientes estafado. Sientes que todo el dinero que se han llevado para especular para ganar mas con la vivienda es una estafa al país. Sientes que las ayudas del gobierno son un insulto. Sientes que tienes que pagar de tu bolsillo las comisiones y tus errores, y eso te cansa, te agota. Como en el casino, la banca siempre gana.“

Y te planteas de que te sirve ser “fiel” a tu banco. Si Paco ya no está, ¿Qué me da una oficina presencial? ¿De que me sirve alguien que no puede decidir si la central no lo autoriza? De nada, absolutamente de nada.

A mi me cobran las tarjetas. A mi me cobran las transferencias. A mi me cobran los cheques. A mi me cobran cuando saco de cajeros, aunque mi caja no esté cerca. Me cobran todo. Me dicen que si no lo hicieran no cubrirían gastos, mientras que publican números geniales y hacen fichajes estrella. Y me siento estafado, pese a no haber necesitado una hipoteca, solo pido no tener comisiones de forma contractual.  

Así que va siendo hora de hacer algo de lógica, algo que tenía que haber hecho hace años, es hora de imitar a los bancos y hacerme mercenario del dinero. ¿Quién me da mas aquí y ahora? ¿Que me sugerís?

 

Sobre los bancos y cajas

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