«Al Congreso:
Grande fue la honra que merecí a la Nación española, eligiéndome para ocupar un trono…
Creí que la corta experiencia de mi vida en el arte de mandar sería suplida por la lealtad de mi carácter, y que hallaría poderosa ayuda para conjurar los peligros y vencer las dificultades que no se ocultan a mi vista en la simpatía de todos los españoles amantes de su patria…
Conozco que me engañó mi buen deseo. Dos años largos hace que ciño la Corona de España, y la España vive enconstante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y ventura que tan ardientemente anhelo.
Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetran los males de la Nación, son españoles, todos invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tantas opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible todavía, hallar el remedio a tantos males.
Lo he buscado ávidamente dentro de la ley, y no lo he hallado. Fuera de la ley, no ha de buscarlo quien ha prometido observarla.
Éstas son, señores Diputados, las razones que me mueven a devolver a la Nación, y en su nombre a vosotros, la Coronaque me ofreció el voto nacional, haciendo renuncia de ella por mí, por mis hijos y sucesores.
Estad seguros de que, al desprenderme de la Corona, no me desprendo del amor a esta España tan noble comodesgraciada, y de que no llevo otro pesar que el de no haberme sido posible procurarle todo el bien que mi leal corazón para ella apetecía.
Amadeo de Saboya.
Palacio de Madrid, 11 de febrero de 1873″
¿Alguien cree que un político (o Rey) haría lo mismo hoy en día? ¿Hemos aprendido algo en 140 años? ¿Alguien se cree que la culpa de lo que nos pasa es de alguien que no somos nosotros?
Sabiduría de hace 140 años

Navegación de la entrada


Deja una respuesta